Quiebra noche


        
          El ambiente en aquella cueva era muy caluroso, húmedo y sofocado de personas bailando en medio del humo, destellos de luz y el bajo perverso de una canción electrónica confusa y agresiva; Javier avanzaba por entre los cuerpos mirando rostros desconocidos en las intermitencias de un flash peleador, que hacia que las personas parecieran bestias en plena metamorfosis, sacudiéndose y gozando una danza en medio de la que algunos desvanecían, al mismo tiempo en que otros saltaban hasta lo alto con la mirada onda en medio de la locura imperiosa. Personas de lente, personas desnudas; mujeres con pelucas de plástico, vestidas de colores brillantes, sudando, rozándose y delirando en medio de un mar de seres insólitos; hombres hundiéndose en el alcohol, con corbatas, botines, polleras, remeras lumínicas, clavando sus miradas en los bárbaros que los rodeaban con claras intenciones de exprimirlos hasta la deshidratación, por el solo hecho de sentirse los dueños del momento. Javier no deparó demasiado en aquello; solo reposaba su atención por algunos segundos sobre todo lo que allí ocurría. Sabía que no era la clase de lugares que le gustaban, pero los tormentos de un presente fugaz lo terminaron encontrando en medio de una discoteca postmoderna. No era momento para buscar explicaciones, sino todo lo contrario. Después de tragarse desesperado un Jack Daniel’s doble a un lado de la barra, dio el vaso fuerte contra el mostrador y penetro al medio de la pista con total insolencia.  
            La música no había cambiado mucho, al menos para el oído de Javier. Éste saltaba con las manos desordenadas en medio de la muchedumbre. Por un momento experimento la sensación de pertenencia a un grupo determinado, pero fue solo por un momento. Las miradas que parecían distraídas, deparaban en él con algo de vanidad, como odiando desde lo profundo la realidad de un hombre supuestamente feliz, satisfecho, que en realidad estaba solo y en plena búsqueda de su equilibrio. De un momento al otro una joven evidentemente menor que él se conecto con su forma de bailar y trato de ser simétrica con los movimientos de Javier. La cabeza del muchacho estaba en cualquier pensamiento perdido, hasta que se vio conectado con la chica, que desde unos centímetros debajo de su mirada, proponía un juego peligroso. Las piernas se entrechocaban constantemente, pero ninguno lo notaba; sus cabelleras estaban despeinadas y la chica decidió tomarlo del cuello para manejar los movimientos de la pareja. Javier ya totalmente fuera de sí mismo, gozo profundamente el calor de la situación frenética, dejando caer su cabeza hacia atrás para sonreír levemente mirando para el techo. Los besos en el cuello, cortesía de su compañera de baile, cedieron al momento en que la música llego a una cima impensada y ambos comenzaron a saltar con los ojos duros de frente al flash, viendo a todos desde lo alto, planeando sobre un ambiente agobiante que por minutos se parecía al limbo. Con la mirada desenfocada y el sudor deslizándose por la espalda, Javier tomo del rostro a la menuda chica que se prendió de sus labios con cruda brutalidad. El beso era rabioso. Al ritmo de melodías electrocutadas, ambos cuerpos se fusionaron; ella lo tomaba del cuello de la camisa con ambas manos, mientras el se perdía en su cintura recorriendo con ambas manos el contorno de aquel ángel oscuro.
Con la misma brutalidad y falta de racionalidad, Javier se desprendió de aquellos labios para caer en el piso debido a un mal movimiento. El piso de la pista estaba ensangrentado, y después de tocarse los labios entendió el porqué. El golpe contra el piso fue tan duro que despejo sus ideas todas y de una sola vez, encontrándose tirado en medio de bestias del infierno que volvían a mirarlo como echándolo del lugar. Javier reacomodó su ropaje, corroboró la presencia de sus pertenencias en cada bolsillo, y se dispuso a salir lo mas rápido posible, como escapando de si mismo, de su estado, de las consecuencias de su desencajada vida.
            Al salir afuera, el frió lo abrazo hasta penetrar los poros. El primer impulso fue prender un cigarrillo, así que pidió fuego a una pareja de hombres vestidos de rosa que se tocaban en la salida. Después de algunas caladas hondas, descargó un par de insultos a la pareja de muchachos, que intentaban convencerlo a gritos de compartir una habitación en algún rancio hotel de por esa zona. En la esquina sintió estallar una botella en sus talones, pero siquiera intento girar la cabeza. Después de encontrar un lugar donde sentarse a pensar y suspirar al fin, un mensaje de texto llegó a su celular. Uno de sus amigos colegas escribía para avisar a Javier sobre la trasnochada y sorpresiva publicación de uno de sus textos en una revista de tirada nocturna. La idea ahora era dar con uno de esos ejemplares y celebrarlos con una cerveza, lo más lejos posible de ese antro apestoso del que ya estaba a casi un kilómetro. Antes de ir a lo de Mario, el revistero sonámbulo de su barrio, la parada era obvia en Factotum, donde luego de invitar una bebida a una mujerzuela, entre charlas y caladas, amaneció con el ruido de los autos y el zumbar de los ómnibus – ya repletos, ya invadidos – que volvían a nuestro protagonista a su eje, indicándole que aquella nueva jornada estaba otra vez en marcha.
El sol rasgaba el pavimento mientras los transeúntes coreografiaban sobre las veredas la danza de la capital. Javier salio largando humo calle abajo. Un nuevo día ofrecía una nueva oportunidad, esta vez, con una publicación en la calle, y una sonrisa casi invisible clavada sobre la mejilla. Algo le aseguraba que ese sería el día en que comenzaría su propia revolución.



3 comentarios:

Unknown | 10/8/11 04:45

Interesante...los detalles tan bien relatados,logran sumergerme en tu historia,también apreciar ciertas texturas y colores.Para alguien que intenta dibujar y pintar acá en Factotum hay un buen guionista,saludos!!!

Anónimo | 31/8/11 22:50

grande seba que bueno de verdad encontrar gente en el camino
un saludo grande

j.sebastian | 2/9/11 16:37

Muchas gracias realmente nunca esta de más un impulso, y estamos en contacto y a las ordenes, desde siempre. si eres integrante de "tomandroganpelean", aprovecho para felicitarte por que es un blog con mucho poder, me encanta. en caso de no serlo, mal yo, y de paso recomiendo dicha página. abrazo fuerte

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